Superó 2-0 a Vélez. Ortiz y Rigoni anotaron para el equipo de Pellegrino, que con los tres puntos quedó a dos de los líderes San Lorenzo y Godoy Cruz en la Zona 1.
BUENOS AIRES.- Independiente le ganó ayer a Vélez Sarsfield 2-0 en el estadio José Amalfitani y quedó como uno de los escoltas de Godoy Cruz y San Lorenzo de Almagro en la Zona 1 del torneo de Primera División, a dos puntos de la cima y ya en el marco de la undécima fecha.
En el capítulo inicial todas las situaciones de peligro fueron de Independiente, principalmente por la gravitación de Leandro Fernández. En cambio, cuando el balón lo tenía el local primaba la intrascendencia y las imperfecciones en el traslado, que tarde o temprano evidenciaban errores defensivos.
El “rojo” se paró en el propio campo, esperando para salir con contraataques rápidos, y en la primera mitad logró complicar al anfitrión de esta manera.
A los 4′, el uruguayo Martín Campaña sacó largo, Fernández habilitó con un exquisito taco de aire a Rigoni, el volante encaró hacia el arco y definió, pero Lautaro Gianetti llegó a desviarla justo al córner.
Un minuto más tarde tuvo una oportunidad Claudio Aquino, tapó Fabián Assman y el rebote le quedó a Víctor Cuesta, quien le dio de taco y Cristian Nasuti salvó en la línea.
A los 8′, Aquino abrió a la derecha para Gustavo Toledo, el defensor devolvió al medio y el enlace remató cruzado, forzando la estirada de Fabián Assman para enviar el balón al tiro de esquina.
Independiente era mucho más, y de ese córner llegó la apertura del marcador. Rigoni envió un centro desde la izquierda, el uruguayo Cristian Rodríguez le pegó pifiado y muy alto, Assman saltó en soledad para recibir la pelota, pero se le escapó increíblemente y Ortiz aprovechó para convertir desde el suelo.
Después de eso, Assman acusó una lesión en su hombro derecho y debió ser sustituido por Alan Aguerre.
El visitante insistió a los 17′, con un bombazo de Fernández que reventó el travesaño y luego Vélez trató de hacerse dueño de la pelota, pero sus intentos fueron demasiado tibios.
En el segundo período, Independiente pegó de entrada, a los 3′, cuando Fernández llegó al fondo por derecha, envió un centro bajo y Rigoni definió al gol anticipándose a los defensores.
Ese pareció ser el golpe de nocaut para un Vélez sin alma, que no mostró la rebeldía necesaria para remontar el encuentro.
Los dirigidos por Mauricio Pellegrino, con el juego totalmente controlado, contaron con varias situaciones como alargar su ventaja pero fallaron en la definición y todo quedó como estaba.
El 2-0, de todos modos, fue un gran resultado para Independiente, que festejó en Liniers y se mete en la pelea.